Queridos
amigos/as:
Comienzan
las fiestas navideñas, fiestas
familiares, nostálgicas y alegres. Pero ante todo son fiestas mágicas que nos
invitan a la reflexión, a los buenos propósitos y mejores deseos.
Durante el
año me pasaron cosas buenas y cosas malas pero hoy es momento de olvidar todo
eso y solo enfocarnos a compartir con quienes nos hacen felices, mi deseo es
que sea una feliz navidad para ti y todas las personas de este maravilloso
mundo
Vamos a dejar
todas las tristezas en este 2013 para mostrar nuestra mejor sonrisa a ese 2014
que nos espera vestido con la capa de la ilusión y de la esperanza.
Un año nuevo
comienza. Lo tomamos con el temor de quien levanta en brazos a un recién nacido. Pero lo tomamos desde las
canas, las arrugas, la experiencia, los aciertos y desaciertos y las cicatrices
que nos han dejado los muchos o pocos años que hemos transcurrido en este mundo
Pero también
nos llenamos de ilusiones, lo tomamos como una nueva oportunidad, sin pensar
que en realidad todos los días tenemos esa nueva oportunidad.
Hacemos
propósitos que casi nunca cumplimos. Se olvidan o se quedan pendientes en el
aire.
Comenzamos el
año con fuerza, buenos deseos planes y nuevas expectativas. Y poco a poco se
irán desgranando como un racimo de uvas. Y pasaran los días, las horas, los
minutos, los segundos.....
Y es que el
tiempo vuela....
También para muchos permanece otro anhelo, un deseo
profundo, una inquietud, que habita en
lo más hondo de nuestro corazón que no se satisface plenamente con los regalos
recibidos ni con las perspectivas de cambio para el año nuevo. Es otra cosa,
difícil de definir pero que la encontramos cuando somos capaces de mirar con
ternura a un niño. Sí, porque ante un niño no tenemos que aparentar nada, no
tenemos que defendernos de nada, no tenemos que temer nada. Su vulnerabilidad,
su debilidad nos recuerda a lo que somos
en lo más profundo de nuestro ser, y entonces conectamos de corazón. Y ahí
surge un chispazo de felicidad
Quizá cuando
empiece otro año nuevo, y volvamos los ojos a lo que fue el anterior, podamos
respirar, con orgullo, al ver que algo ha mejorado, que el amor ha crecido, que
somos mejores personas, que hemos crecido interiormente, que la justicia ha
sido más completa, que los rencores han empezado a ceder el paso a la generosidad
del perdón. Quizá, tal vez… no lo sé, tengamos que ocultar el rostro ante un
año perdido en nuestro enriquecimiento integral.
A lo mejor
la verdadera felicidad tiene que ver con
la sencillez en la vida, con mirar a cada persona con respeto, sin prejuicios
con la bondad natural de un niño, con la convicción profunda de quien no tiene
nada que perder pues la felicidad
consiste en darnos a los demás así como somos, y celebrar las pequeñitas cosas
de cada día donde demostramos nuestro verdadero talante como personas.
Desearles un
venturoso AÑO 2014, que sigamos compartiendo como hasta ahora, sincera amistad,
creaciones, talentos y dones, cada uno en su particularidad con lo cual nos
deleitamos y aprendemos cada día, pues en la vida todos somos alumnos y
maestros de todo.
Hagamos todos
de este nuevo año que comienza, un año especial para la humanidad de la cual
somos parte.
Os desea de
todo corazón unas fiestas navideñas plenas de amor y paz en vuestros hogares, y
que en este año Nuevo próximo a comenzar se realicen vuestros proyectos, sueños, ilusiones, pero sobre todo que venga llenito
de felicidad y mucha salud para todos.
Un deseo para
este nuevo año: Que seamos un poquito más justos y dignos con nosotros mismos y
con los demás.
¡Felices fiestas, y próspero Año Nuevo!
María Jiménez
V.