APRENDIENDO A VALORAR
El corazón humano alberga muchos sentimientos y emociones:
Amor, odio, venganza, rencor, tristeza, ira, miedo, ternura, felicidad, pasión, gratitud, caridad ...etc.
Cuando alimentamos los sentimientos negativos, nacen en nuestra alma la inconformidad, la angustia, la desesperación, la intranquilidad, la desconfianza, el malestar general.
Si nos impregnamos de sentimientos positivos.. Nuestra vida cambia; nos sentimos plenos, reconfortados, fértiles y lo mejor seguimos creyendo en los demás y en nosotros mismos.
Los sentimientos negativos nos destruyen, carcomen nuestra vida interior.
Los sentimientos positivos nos inspiran, nos alimentan espiritualmente, dando vida y sentido a nuestras acciones.
Todos los seres humanos necesitamos compresión: el hombre, la mujer,
el niño, el anciano, el joven, el adulto, el poderoso , el necesitado, el rico, el pobre.
Todos sin excepción, estamos sedientos de amor, pero de un amor sin egoísmo, sincero, honesto, desinteresado, pulcro. No del amor malsano, utilitarista, egoísta, mal intencionado.
El amor suele confundirse con el capricho, con la pasión, con las manifestaciones sensoriales, que no son amor, sino placer (parte fundamental en la vida instintiva).
Prepárate para AMAR DE VERDAD. Aprende a valorar tus sentimientos, a controlar tus impulsos. Debes Amar con el corazón pero también con la mente.
No debemos herir los sentimientos de nadie con el engaño, la burla o la mentira.
Recuerda: "De lo que sembramos, recogemos". No debemos esgrimir como pretexto las faltas de otros para justificar las nuestras.
"Un poco de <Amor verdadero, Amor del bueno> puede convertir un corazón solitario en un nido de felicidad...".
Selma Val
Registro DNDA